Volvió el que todo lo ve, el que todo lo escucha, el que todo lo sabe, el que todos extrañaban, así que basta de jarana.
Bueno de vuelta otra vez en la gran capital, fresquito (por un tiempito nomás) luego de oxigenar el marulo cosa que nos recomendó encarecidamente el médico de mi señora para mantener su salud en línea y que no le de la chiripiorca.
Como siempre, me faltan las fotos del gatito con ruedas, pasa que nosotros llegamos y tiramos el auto y no lo usamos nunca más hasta volver, distinto cuando la emprendamos a El Lugar con todas las letras a su debido tiempo por febrero, ahí sí la catarata de fotos para inmortalizar a la próxima no se dejará de lado.
Con respecto a la costa, nada desconocido, más bien monótono y poco atractivo para ver en fotos, por eso se incluyen algunas de dudosa publicación.
Nos estamos viendo, o leyendo.