por ggalonso » Lun, 14 Abr 2014, 13:28
A propósito de los trenes.
Los relatos de Su Alteza desencadenaron una serie de recuerdos de aquellos viajes en tren, y en especial en uno.
Por el 84, más joven y de mochilero, me encontraba en Esquel , fin de un recorrido un poco a dedo y otro en micro desde Bariloche.
Para volver a Buenos Aires había, en principio, dos opciones: unas 30 horas de micro, creo que aún se llegaba a Esquel, por ripio, o el tren. Fue el tren.
El recorrido en dos tramos arrancaba en Esquel con una formación de trocha angosta con propulsión a vapor hasta Ingeniero Jacobacci (unos 300km) y allí se transbordaba al tren que venía de Bariloche.
Como salía tan temprano había que quedarse haciendo tiempo en las cercanías de la estación, y allí se podía ver, desde la medianoche, como armaban la formación, calentaban la maquina y le ponían grasa en los ejes.
En esa época el servicio que no era exclusivamente turístico, enlazaba todo un grupo de localidades del oeste, cerca de los bosques pero donde llueve bastante menos, la estepa. Así el pasaje era un contraste de mochileros/as, que habituados a dormir en el piso no le hacíamos asco al de los vagones, y gente del lugar que viajaba pulcramente sentada en los bastante incómodos asientos de madera.
Los vagones, los de turista, eran angostitos –dos filas de asientos de madera y pasillo al medio- y en el centro contaban con una salamandra y su correspondiente cajón con carbón de piedra (no se si el mismo que usaba la máquina, o si esta era a fueloil) .
El viaje hasta Jacobacci duraba bastante, en esa ocasión le puso unas 17 horas para hacer esos 300km y que recuerde no hubo averías ni retrasos destacables. Así que la salamandra, aunque era verano, funcionaba a full para tomar mate y/o cocinar. Se armaba algo así como un fogón de campamento.
El tren paraba en todas, subían y bajaban pasajeros, carga y correo, y se reponía agua a la máquina.
Si bien la velocidad media resultaba menor a los 20km/h, no era constante. En las partes llanas y rectas tomaba bastante velocidad y no poco cabeceo, piensen en una trocha de menos de un metro (0.75m), pero en las subidas uno podía bajarse del tren y caminar al lado a paso tranquilo –actividad que no pocos practicaban.
Llegar a Jacobacci después de 17h con ese confort el vagón turista del tren de Bariloche (los asientos marrones) era como un Rolls Royce.
Luego seguía el viaje Jacobacci Buenos Aires, apenas unas 30 horitas más, amaneciendo en Viedma, cruzando el Río Negro por el puente ferrovial (el viejo de la RN3).
Recuerdo que la máquina se plantó en Viedma y Bahía Blanca, en medio del campo, y me parece recordar (tal vez es un delirio) que se enganchaban a los hilos del telégrafo para pedir ayuda (tal vez Su Alteza nos pueda desasnar ). No me acuerdo detalles del tramo Bahía Blanca Buenos Aires (tal vez me dormí o el cansancio me anuló el disco rígido)
En esa época hice viajes de FA a Córdoba, Mendoza, Santa Fe, Miramar . Extraño esos trenes. De chico viví en Haedo y por la noche, desde mi cama, se escuchaban los eléctricos del Sarmiento, pero sobre todo esas diesel eléctricas del servicio a Toay que paraban en Haedo y arrancaban bramando hacia La Pampa.
En fin, este es mi humilde aporte a esta maratón, espero que les guste y que sea digno de Su Alteza el Rey Rudolf (Príncipe de Acasusso?).
Saludos
Guillermo