Gustavo Fosco, diseñador, apasionado de los autos y director de Comunicación de Renault Argentina, falleció hoy en un accidente aéreo sobre el Río de la Plata. Fosco viajaba junto a otras nueve personas en un vuelo que unía la localidad bonaerense de San Fernando con la de Carmelo, en Uruguay. El grupo se encontraba organizando el lanzamiento de un próximo modelo de Renault en esa ciudad. Cinco de ellos fallecieron.
Junto con Fosco viajaba Fernando Sánchez Gentile, jefe de Prensa de Renault Argentina, quien afortunadamente sobrevivió. Permanece internado en Uruguay.
Fosco Donati había estudiado Diseño Industrial en la Universidad de La Plata. Ingresó a Renault como diseñador en 1990 y formó parte del equipo de Patrick Le Quément, quien revolucionó la estética de la marca en esos años, con una impronta única y original
De esa época conservaba un recuerdo muy palpable: el único Renault Vel Satis que hay en la Argentina. Lo utilizaba en forma diaria y lo tenía de manera permanente a la venta. Aunque siempre, ante cada oferta, decidía conservarlo “un tiempito más”.
En 1997, Fosco comenzó a trabajar en Renault Mercosur, en el diseño y desarrollo de nuevos vehículos para la región. Por su conocimiento técnico y su buen trato con la prensa, se convirtió en el vocero natural de la marca del Rombo en la Argentina. Ese rol fue ratificado en 2011, cuando fue nombrado Director de Comunicaciones de Renault para toda América, además de Director de Asuntos Públicos, Comunicación y Responsabilidad Social Empresaria para la Argentina.
En lo personal, tuve la oportunidad de entrevistar a Fosco en numerosas oportunidades. Su trato siempre era gentil y cordial, incluso cuando no coincidíamos en nuestros puntos de vista sobre determinados modelos de la marca. Con él, las diferencias resultaban siempre anecdóticas.
Era un caballero en esta industria.
Más allá del trato periodista-vocero, para mí sin dudas resultarán imborrables los recuerdos de las charlas informales que manteníamos sobre autos clásicos. Podíamos pasar horas conversando cuando coincidíamos en diferentes eventos de vehículos antiguos y sport. En esas ocasiones, el alto ejecutivo del Rombo vestía unos cómodos jeans gastados y no dudaba en tirarse al suelo para apreciar en detalle un auto que le llamaba la atención.
O, incluso, que debía evaluar. Sucede que, en más de una ocasión, Fosco era convocado como un estricto y respetado jurado para concursos de elegancia de autos históricos.
Gustavo era un estudioso, un conocedor y un apreciador de la historia del automóvil. Poseía una asombrosa facilidad pedagógica para explicar las líneas de un auto. Y para descifrar el mensaje que un diseñador deseaba transmitir al crear un vehículo.
Un caballero entre corceles a motor.
Se lo va a extrañar.
Carlos Cristófalo
